January 31, 2007

(English Version here)

Los políticos ciertamente son de otra especie. Pueden mentir,
pretender ser estúpidos, ser estúpidos al igual que cínicos y mantener
la cara en alto y hasta sonriente durante todo el proceso. Esto es
aplicable a todos los políticos venezolanos, de la Cuarta y de la
Quinta República, esto no es algo nuevo, ni exclusivo al gobierno de
Chávez, pero el espectáculo de los últimos días respecto al mercado
paralelo y el control de cambio es definitivamente uno de los más
patéticos que yo haya visto

La primera cosa que es impresionante sobre los políticos—y repito,
esto se aplica a los del pasado, así como a los del presente— es la
inocencia de creer que si existe un problema, uno simplemente legisla y
este mágicamente desaparecerá. Venezuela ha tenido por años un sistema
judicial que en su mayor parte es inoperante y corrupto. A pesar de
esto, el énfasis de los políticos en Venezuela ha estado siempre en
crear nuevas leyes, que en hacerlas cumplir. Usted simplemente puede ir
a cualquier semáforo en las calles de Caracas y observar cuán
irrelevantes pueden ser las leyes, tanto para las autoridades, como
para los ciudadanos.

Pero un mejor ejemplo es el de la corrupción. Venezuela tiene una de
las leyes anticorrupción más estrictas y modernas en el mundo, la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público,
la cual fue aprobada a principio de los años ’80. A pesar de esto y del
hecho que siempre han habido enormes niveles de corrupción y que la
corrupción es rampante hoy en día, sólo una persona en la historia ha
sido encarcelada bajo esta ley y el tipo fue liberado.

En febrero de 2003, el gobierno impuso un control de cambio en
Venezuela. Los controles de cambio siempre han resultado un caso
perdido para los gobiernos venezolanos y latinoamericanos, debido a la
falta de disciplina en el gasto, así como por las múltiples
distorsiones que estos causan. Los controles de cambio pueden ser
herramientas de corto plazo, pero muy raramente han sido usado de esta
forma en Latinoamérica y ciertamente jamás en Venezuela. De hecho,
todos y cada uno de los controles de cambio impuestos en Venezuela
duraron demasiado y terminaron malamente y el actual no parece ser
diferente en lo absoluto, ya que han surgido distorsiones y, en este
momento, es por mucho el control de cambio de más larga duración en la
historia del país.

Para empezar, cuando el gobierno impuso el control de cambio en
febrero de 2003, todo lo que hizo fue limitar el acceso a las divisas
del gobierno. Mientras prohibía las operaciones con moneda extranjera,
no había ninguna legislación que efectivamente las prohibiera, por
tanto, se le prohibía, pero si usted lo hacía, no había ningún castigo.

Pero adicionalmente, los decretos no prohibían, ni podían prohibir,
ciertos tipos de transacciones, tales como la conversión de acciones de
empresas locales en sus equivalentes extranjeras, creando así lo que
era esencialmente un mecanismo para sacar el dinero o traerlo de
vuelta. Una segunda posibilidad era hacer una “permuta”, simplemente
comprando un bono del gobierno en bolívares y cambiándolo por uno en
dólares, de nuevo convirtiendo así de una moneda a la otra.

Poco después que el control de cambio fuera impuesto, el gobierno
introdujo una ley en la Asamblea Nacional en abril de 2003, para
declarar ilegales ciertas operaciones con moneda extranjera, pero
curiosamente, la ley no fue aprobada sino hasta octubre de 2005 y de
todas formas permitía las operaciones de conversión de acciones y de
permuta de bonos, al decir que los bienes valores transados en el
mercado de capitales estaban exentos de las provisiones de la ley.

Al mismo tiempo, se desarrolló un mercado paralelo legal para las
transacciones con divisas, que usaba las conversiones de acciones y las
permutas de bonos. A medida que este mercado se hizo más organizado,
los volúmenes empezaron a expandirse. Ya que el flujo neto de divisas
es hacia afuera, la presión sobre la tasa de cambio
en el mercado paralelo se hizo más intensa y el valor del dólar en este
mercado paralelo se incrementó. En ese punto, algún inteligente asesor
de Wall Street le sugirió al gobierno (¡sí, el gobierno los usa!) en
julio de 2004 que una forma de reducir esta presión sería emitir un
Bono Soberano venezolano en dólares, pero vendérselo a los
inversionistas locales en Bolívares, como una forma legal y por una
sola vez de sacar dinero a una tasa más barata que la del mercado
paralelo.

¡Y funcionó! Funcionó tan bien, que el gobierno hizo lo mismo muchas
veces, aflojando la presión sobre el mercado paralelo y manteniendo
baja esa segunda tasa de cambio. Básicamente, estas emisiones
eliminaban o “esterilizaban” liquidez monetaria, por lo que habían
menos bolívares con que comprar dólares.

Entonces fue creado por ley el Fondo de Desarrollo FONDEN, al que se
le dio parte de las reservas internacionales, con el mandato que sólo
podría gastarlas en divisas (no en bolívares). Otro pana inteligente
[del gobierno] sugirió que FONDEN podía comprar bonos a Argentina —que
no podía colocarlos directamente en los mercados internacionales— y
vendérselos a los bancos locales [en bolívares], los cuales luego
venderían los dólares [obtenidos de la venta de los bonos en el
exterior] en el mercado paralelo local. Esto logró tres cosas de una
sola vez: ayudó políticamente al gobierno argentino (¡bien por
Chávez!), permitió a FONDEN obtener bolívares sin violar la ley y,
finalmente, proporcionó dólares al mercado paralelo. De esta manera, el
gobierno estaba interviniendo directamente en el mercado paralelo para
mantener baja la tasa de cambio.

Pero había una cuarta razón para poner la cosa interesante: se
convirtió en un chanchullo en el que sólo ciertas instituciones
“amigables” y agradecidas podían obtener los bonos, con ambas partes
haciendo su agosto. Extraordinariamente, excepto por Tal Cual o aquí, usted leía bastante poco en los medios de comunicación sobre este inmenso foco de corrupción.

El gobierno vendió de esta forma unos 3,6 millardos de dólares en
bonos argentinos en el mercado paralelo y luego salió con otro esquema
usando notas estructuradas [el llamado Bono del Sur] que perseguía
prácticamente los mismos objetivos.

El problema es que 2006 era un año electoral, el gobierno se negó a
devaluar el bolívar y gastó como loco para mantener su popularidad.
Así, la liquidez monetaria creció más de 70% durante el 2006, mientras
las reservas internacionales apenas crecieron un 16%, creando una
presión extraordinaria en el mercado paralelo, el cual predije que subiría, ¡sólo para arriba!.
Mientras el dólar paralelo estaba a 2.700 Bs en agosto, dio un salto
hasta los 3.000 Bs en noviembre, 3.400 Bs en navidad y actualmente está
alrededor de los 4.100 Bs

Lo que nos trae a nuestra historia.

Luego de semanas diciendo que esto es irrelevante, la Asamblea Nacional sostuvo una audiencia
para discutir el tema. La primera cosa de la que hablaron fue del hecho
que después de aprobar la ley se les olvidó poner a alguien a cargo de
hacerla cumplir. Aparentemente no se le ha dicho a la policía que lo
haga y el SENIAT dice que no tiene las herramientas para hacerlo. De
manera que la ley es tan buena como el papel en el que está impresa,
porque nadie pensó siquiera en conectar los puntos del cumplimiento de
la ley. ¡Qué gobierno!

La segunda cosa que discutieron ayer fue el hecho que la tasa de
cambio paralela no debería estar donde está, que es todo
“especulación”, ya que CADIVI, el ente encargado del control de cambio
está dando suficientes dólares a todos los importadores. Bueno, esto
puede que sea verdad, pero para empezar no todas las importaciones
reciben dólares y justo después de la elección del 3 de diciembre,
3.500 productos fueron colocados en una lista especial, que para ser
importados se necesita presentar una certificación que demuestre que no
son producidos en Venezuela.

Pero más importante, ya hace bastante tiempo que el gobierno no les
ha dado dólares a la tasa oficial a las compañías que desean repatriar
sus ganancias, lo cual las está poniendo nerviosas a medida que el
bolívar se devalúa, ya sea en el mercado paralelo o sencillamente
porque la inflación cerró el 2006 con un incremento oficial del 17%, el más alto de Latinoamérica, y temen una o dos devaluaciones para este año.

Y eso por sí mismo crea un problema. El gobierno ha estado
promoviendo una baja artificial de las tasas de interés, con el
rendimiento de una letra del tesoro a 90 días actualmente por debajo
del 4%, menos que el rendimiento de letras del tesoro estadounidense (actualmente sobre el 5%),
mientras la inflación corre al 17%, bien por encima del IPC
estadounidense. Por ello, las tasas de ahorro en Venezuela son
profundamente negativas, lo que hace que la gente quiera… comprar
divisas.

Y de allí es de donde proviene la llamada “especulación”.

Pero ellos culparon a la “oposición” y a los “especuladores”, pero
obviamente nunca se les ocurrió culpar a las incoherentes y estúpidas
políticas económicas del gobierno. Increíblemente, continuarán con el
“espectáculo” en los próximos días, pidiéndole a un montón de gente que
vayan a la Asamblea Nacional para ser “interpelados”. Entre ellos, la
Asamblea invitará al presidente del Banco Venezolano de Crédito para
preguntarle por qué se le ocurrió ir al Tribunal Supremo de Justicia a
pedir la anulación de algunos de los artículos de la ley de ilícitos
cambiarios. De nuevo, no se les ocurrió a los ilustres diputados que el
Sr. García Mendoza, uno de los pocos hombres francos en el sector
privado, pensara que los derechos de alguien estaban siendo violados
por la ley o que la ley tenía demasiadas penas discrecionales, que es
realmente de lo que se trata esa demanda. O incluso que Mendoza tuviera
el derecho de ir al Tribunal si pensaba que algo es ilegal. De eso es
que se trata el Imperio de la Ley. Pero de todas formas los diputados
lo van a acosar.

Pero hoy la cosa se puso aun más rara cuando el nuevo presidente de
la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, así como ningún otro
que el diputado Elvis Amoroso, el mismo que propuso la primera ley de
ilícitos cambiarios, dijeron que querían investigar “de dónde” vienen
los dólares que van al mercado paralelo, como si los 3,6 millardos de
dólares en bonos argentinos, así como los 6 millardos de dólares en
bonos estructurados, hubiesen salido de la nada. De hecho, el problema
es que el gobierno no ha vendido nada desde más o menos el 10 de
diciembre pasado, lo cual ha llevado a la fuerte alza de los últimos
días y no todas las falsas razones que se les han ocurrido. Quizás
deberían investigarse ellos mismos o dejar la grandilocuencia.

La verdad es que están atrapados en uno de los corolarios de The Devil’s Excrement: la trampa del político, que definí en esta bitácora el pasado septiembre:

Pero podría ser más aptamente llamada la
Trampa del Político, porque les permite posponer decisiones importantes
para fortalecer su popularidad al corto plazo, pero de alguna manera
siempre termina explotándoles en la cara, con graves consecuencias que
siempre son pagadas primero por el pueblo, por medio de devaluaciones,
desempleo e inflación.

Y es una trampa, porque maldito si lo haces y maldito si no lo
haces. Si permiten que el bolívar se devalúe se dispara la inflación.
Si lo represan, la decisión tendrá que venir más adelante a una tasa
mucho más alta, alimentando la inflación aun más.

Y así, todos querrían que el problema desapareciera, pero no va a
desaparecer. Están atrapados por sus idiotas políticas económicas, que
violan principios básicos de economía, lo cual se puede hacer, pero no
por mucho tiempo. Esas violaciones han venido a atormentarlos y
simplemente no hay forma fácil de escaparse.

Las propuestas son las usuales. La primera es cambiar la ley o hasta
ilegalizar el mercado paralelo, lo cual disparará aun más la tasa de
cambio. La segunda es más extraña y fascista, pero tan típica de su
forma de pensar: prohíbasele a los medios publicar la tasa de cambio
paralela. Desde luego, uno puede hacer que El Nacional, El Universal o
hasta RCTV dejen de publicar la tasa de cambio paralela, ¿pero pueden
evitar que publicaciones en internet, como Veneconomía, o esta página basada en los Estados Unidos [o el Liberal Venezolano] la publiquen?

Yo lo dudo, de tal manera que la Trampa del Político tal vez debería
ser renombrada y llamada la Trampa del Tonto, pero me podría meter en
problemas con eso, bajo la ley mordaza estaría insultando la llamada
“majestad” del parlamento, o algún concepto igualmente extraño.

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